Es otro de los pasos naturales hacia Castilla más transitados en la antiguedad. Llegamos a la majada de Arcenorio después de atravesar el bosque de Peloño. El camino desemboca en un ámplio valle protegido por las peñas Ten y Pileñes, allí disfrutamos de un paisaje espectacular.
Una pequeña ermita de origen medieval muy bien conservada se erige en el fondo del valle. Allí se celebraba antiguamente una feria de ganado y mercadillo que reunía a ponguetos, casinos y leoneses. Hoy en día se sigue celebrando cada 8 de septiembre la fiesta de Nuestra Señora de Arcenorio, romería que conmemora la participación del pueblo pongueto en la batalla de Pontunio (puerto del Pontón) contra los árabes.
Sin duda es un destino perfecto para una agradable caminata por los montes ponguetos.